No tendremos una despedida de cuento de hadas, ni una pelea que cicatrice un sentimiento empezando a florecer.
No diremos adiós, ni hasta luego.
Seguiré buscando una sonrisa complice, y un labio mordido, en la caída del pelo sobre tu espalda, unos ojos brillantes, donde solo queda el suspiro del alma, de tantas cosas que se podrían haber dicho.
No diremos adiós, ni hasta luego.
Mil recovecos de tu piel donde mudarse a vivir, una mano en la espalda aprisionando una respiración, una carcajada que haga saltar las lagrimas reservadas para los momentos felices.
No diremos adiós, ni hasta luego.
Nos tendremos cerca, con el cariño del fue y una esperanza del será, si cada vez que vienes me abrazas y suenan palabras que me hablan de los dos y yo te sigo por que creo que en el fondo hay algo.
No diremos adiós ni hasta luego.
Pero nunca nos podrán quitar los recuerdos felices.
Puede que se marchiten con el paso del tiempo, y se nos olviden los olores y los sabores, la presión de unos dedos y las caricias de unos labios.
Un grano de arena en el reloj, que espero brille.
Te cuidaré en cualquier momento, me ocuparé que todo esté bien.
domingo, 6 de diciembre de 2015
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario