Nunca servirá la receta del olvido cuando no se quiere olvidar.
Alumbrado por la luz de tu habitación a medio de cerrar la puerta donde recojo los trocítos de palabras que se derrumbaron cuando me miraste.
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A oscuras en la habitación, buscando los pedazos aún sin recoger, intentando recomponer las palabras. Imaginando mas que inventando el significado del puzzle. Recordando y a la vez olvidando.
ResponderEliminarPorque en la memoria nunca hay sitio para lo que no se dijo, para lo que no se hizo.