Para despertar en el recuerdo de aquel tiempo pasado que no fue mejor, solo distinto.
Nunca me arrepentiré del desgaste de mis dedos al tocarte, el picor de mis labios al besarte, la saliva regalada al saborearte, las palabras usadas al amarte.
Nunca echaré de menos los abrazos a destiempo, las caricias inesperadas, los besos robados y más apasionados, las miradas lujuriosas.
Aunque sea mentira y me muera por tenerlos, me los imagino en la soledad de las sabanas, en la orgia de la soledad, en la sombra de uno mismo.
Pero cada vez que intento recordar la cara que me mira, los labios que me enamoran, las manos que me tocan. No consigo ver quién es.
Porque los secretos del corazón, secretos son.
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