lunes, 15 de septiembre de 2008

Una noche cualquiera

Según se acerca se va acelerando tus pulsaciones, tus ojos clavados en lo que llevas tanto tiempo esperando, y ahora lo tienes delante tuya, solo tienes que esperar un segundo. Ese segundo es el mas lento de tu vida. Nunca se acaba, solamente puedes mirar tu reflejo en sus ojos y dejar que los eones que dura un segundo consuman tu cuerpo.

Después la lujuria de la lengua, el vicio de los labios, las palabras ahogadas, la saliva de prestado. El torbellino de las emociones primarias, no piensas, solo actúas. Es el momento de disfrutar. Y se te pasa el tiempo volando, tanto tiempo esperando que en un suspiro se te va la vida.

Y tu piel añora las caricias, tus labios todavía sienten el tacto eléctrico de la seda de sus labios y tus manos aún recuerdan su cuerpo. Solo te queda un hasta luego. Y no saber que va a pasar, ni siquiera si os volveréis a ver. Pero mientras guardarás esa noche en lo mas profundo de tus emociones, en el músculo de la vida, donde nadie pueda verlo y solo tú puedas sentirlo.

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